domingo, 20 de noviembre de 2011

Relámpago nocivo

Éramos demasiado jóvenes para ser conscientes de que jugábamos con fuego.
Aun no teníamos madurez para entender que cada uno de nuestros actos tiene consecuencias. Consecuencias que a veces pagábamos nosotros, pero que muchas otras, las sufrían los demás. Hoy lo tenemos absolutamente claro. Igual por eso algunos nos hemos vuelto tan segurolas.
Creo que la vida iba mucho más deprisa que nuestra cabeza y nuestra capacidad de reacción ante las cosas.

Estos días trasteando por la red he encontrado el blog de la gente del centro penitenciario Brians 2 http://masalladelosmuros.blogspot.com/(os paso el enlace y lo incluyo en blogs que sigo, porque creo que se lo merecen ) y no he podido evitar acordarme de un amigo que lleva ni sé la de años en la cárcel. (En ese lugar donde las personas se re-integran y se preparan para salir de nuevo a enfrentarse de cara con la realidad inmediata. A pelo. Con la misma realidad que dejaron al entrar. La misma realidad... ¿reinserción? Ahí lo dejo…)

Cuando conocí “al coque” él ya andaba con los porros, bueno con los porros, con el speed, con los chinos y con la heroína. El tema de los porros y el speed eran cotidianos. La heroína se la metía los fines de semana (decía cada chute era como un relámpago que le llenaba de vida)
Luego ya se la chutaba a diario porque decía que necesitaba sentirse vivo cada día…y eso, pues le costaba un dinero. Dinero que a veces tenía y a veces no. Y cuando tenía, pues bien pero cuando no tenía, lo pedía o lo robaba. Al final ya siempre lo robaba.
Poco a poco se alejó del grupo, (y/o le alejamos) hasta convertirse en un tipo al que esquivabas cuando te le encontrabas. Los amigos más cercanos y la familia recurrieron a Proyecto hombre pero con Coque no funcionó.

Hubo otros casos de más amigos con quien si se hizo mucha labor coordinando Proyecto hombre-familia-amigos-entorno y  que finalmente consiguieron reinsertarse (años de trabajo, eso si, pero se obtuvieron muy buenos resultados)

El Coque estuvo malviviendo unos 5 años, después le cogieron y comenzaron las idas y venidas de la cárcel. Se le juntaron un montón de juicios y al final le metieron yo qué sé la de años por cientos de delitos de robos y atracos, incluso por dispararle a un empleado de una gasolinera.
Teníais que haberle conocido. Antes de que la heroína lo transformara el Coque era cariñoso, risueño, elocuente, rápido de pensamiento, gracioso, y con mucho éxito entre las chicas, pero, algo se torció. Lo último que sé de él es que “lo da todo” en la cárcel por un “pico” y que cómo no, el SIDA lo está consumiendo.
Nunca he vuelto a verle desde que le encerraron la última vez.
 No quiero caer en un discurso ni moralista ni victimista pero en los 80  la heroína se cargó a un montón de jóvenes de una generación. Más que una droga fue una pandemia…casi paralelamente llegó el fantasma del SIDA , algo que "te mataba si tenías el VIH" y que nadie sabia muy bien lo que era. Sólo sabíamos que mataba rápido y que se movía en los círculos de las “4h”: homosexuales, heroinómanos, hemofílicos y haitianos. De tres de las “h” no conocíamos a casi nadie pero de la de heroinómanos, en el barrio se sabía de varios. Eso nos daba aun más miedo porque como no sabíamos cómo se transmitía ,pensábamos que nos infectaríamos con sólo mirarlos…
Cierto es que mi amigo y otros cuantos se convirtieron en delincuentes, pero más cierto es, que no nacieron siendo ni delincuentes, ni enfermos (y ahora podemos empezar a mirar a los lados y buscar causas y culpables, que cada uno encontrará los suyos)
¿Ellos por inconscientes e irresponsables?, ¿la familia porque no tenía herramientas para reaccionar?,¿algunos amigos por “abandonarles”?,¿otros por cubrirles?,¿la sociedad por “vendernos” unos patrones sociales (el Vaquilla, el Torete, Perros callejeros, el pico1, el pico2, el pico3, el pico4…el pico 25) que si bien era cierto que eran reflejo de lo que pasaba en los barrios, nos les mostraban como una mezcla de héroes y victimas)?,¿la institución por no saber qué hacer con aquella bomba de relojería que les desbordaba?,¿todos por…? No sé, no sé cuantas lagunas hay por el camino y cuantas cosas tuvimos todos que hacer que no hicimos. Lo cierto es que aquello nos vino grande y que aun hoy, hay mucha gente pagando las consecuencias de algo que “te metías porque era como un relámpago que te hacía sentirte vivo”

…Al final, me he puesto a barrer recuerdos y no he hablado de las instituciones penitenciarias que era mi idea inicial. Lo haré en otro post.

De todos modos quiero acabar esta entrada “enviándole unos abrazos” a la gente que aun encerrada, no deja que su voz se calle y nos demuestra que no se le pueden poner barrotes a la inquietud y a las ganas de tirar palante.

Espero que estos abrazos traspasen los muros…


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