“ ¡Gran oferta de liquidación los día
dos y tres de diciembre porque ya no puedo más, la crisis me ha dejado sin
nada!
Me he arruinado
Prefiero vender
almohadas desde 3€ y bajar los sofás de 700€ a 400€ antes que seguir aquí perdiendo
dinero.
Si lo vendo todo,pagaré a mis trabajadores y cerraré mi negocio. Después, no sé qué será
de mí.
Espero verte por aquí
para que te lleves “casi regalado” lo que me queda de stock. Te espero.
Firmado:
El jefe
La semana pasada me encontré en el buzón un folleto que contenía la
información que acabáis de leer y unas fotos muy parecidas. Yo
miraba el folleto una y otra vez y me invadía unas veces sensación de angustia, otras de
rabia, otras de pena. No podía dejar de leerlo porque a veces me
parecía que podía ser verdad y otras me parecía una tomadura
de pelo.
Así que para quedarme tranquila, me fui a la dirección que indicaba el folleto
a ver, simplemente a ver...
Allí me planté y no encontré una tienda,
encontré una lonja- almacén llena de sofás
y colchones y camas y una oficina al
fondo de la que salió un hombre a recibirme.
Debo reconocer que la imagen del hombre también me descuadró
porque para nada parecía arruinado. Su ropa era de marca y lucia joyas en el
cuello en la muñeca y en los dedos.
(De momento ni el
folleto me había convencido, ni la tienda-almacén-lonja, ni el hombre… )
Se acercó me estrechó fuerte la mano y me pregunto:
- -¿Qué
deseaba joven?
Yo saqué mi folleto del bolsillo, se lo enseñé y le pregunté:
- - ¿Esta
publicidad es vuestra?
El se infló como un pavo, sonrió y me dijo muy solemne:
-
Efectivamente,
esta publicidad es de esta tienda ¿estás
interesada en algo en especial?
Si,
contesté yo, en saber si es cierta.
-
El
cambió el gesto… Si es cierta qué. Me
preguntó.
- Si
es cierto que estáis en la ruina y que vais a cerrar por la crisis y por la
corrupción política. Le contesté.
-
El
se quitó las gafas y me dijo: pues no es cierta pero ¿para eso vienes, para
hablar del folleto?¿ pero tú quien eres?
- Y
yo cada vez más seria le dije: nadie, yo no soy nadie, sólo una ciudadana harta
de que todo el mundo se aproveche de las circunstancias para arrimar el ascua a
su sardina. Ya lo siento pero tu folleto me parece además de ofensivo hacia
quien de verdad si se está arruinando, de muy mal gusto. Creo que no todo vale y
creo que estás utilizando el chantaje emocional para vender más.
- El
me miraba “enfadado no, lo de después” y no me decía nada. Al final dijo: mira
guapa, en este país cada uno se busca la vida como puede y yo no voy a ser
menos, pero como tú no eres nadie para que yo te dé explicaciones, si vienes a
comprar pues compras y si no pues te largas que nadie tiene que venir a darme
lecciones de moralidad a mi propia casa. Después se dio la media vuelta y allí
me quedé con mi folleto en la mano, rodeada de sofás espantosos y con una mala
leche y una sensación de imbécil que no me cabía en el cuerpo.
- Joder
que mal rollo. Salí de la tienda y me dije a mi misma: no eres Juana de arco
así que esta es la última vez que te pones en ridículo de esta manera. Pero
luego cambié de opinión y pensé que sí había sacado cosas en claro de mi experiencia. Primero, que
cada día me la pegan menos (o sea, que soy capaz de ser crítica) Segundo, que no
me quedo indiferente ante las cosas que no me parecen justas o éticas (esto me
gusta mucho de mi misma, ole yo) y
tercero que no me gustan nada los sofás esos que tienen uno de los asientos más
largos para que te tumbes ¡Dios que
feos!
- Resumiendo
que me enrollo: creo que no se pueden utilizar las anchas espaldas de la crisis
para cargarle todo lo que nos convenga. Es cierto que hay crisis pero la
pobrecita no es la causante de absolutamente todo lo que pasa, no hombre no. La
crisis tiene empaque suficiente para que ni la banalicemos ni nos aprovechemos
de ella…que jodios somos (pone jodios, no judíos, no confundir) redios.
b
En fin, permitidme acabar este post con una pincelada de humor que pa´ tristezas ya tenemos el día a día...
Te felicito, Me ha gustado tu entrada y lo que describes
ResponderEliminarDeberías poner el nombre y dirección de la tienda para que a nadie se nos ocurra entrar
ResponderEliminarHola! Rebotando por internet llegué aquí y es muy interesante lo que escribes!
ResponderEliminarMe parece que muchos de los problemas que generan situaciones como esta es el fomento de un mundo capitalista y por ende, individualista.
Cada uno a mirar su ombligo, y si lo hacen mal, pues yo peor. :(
Este tipo ha escogido la peor publicidad para su empresa: él mismo.
Por suerte, siempre hay excepciones! Un saludo!