Ufff, no quiero hablar del accidente ni detallar ninguno de
los sucesos que me han impactado.
Sólo quiero compartir con vosotros el dolor
que siento yo y el que seguro sentís vosotros. Nada más.
Sé que tengo la gran suerte de
poder refugiarme en mi pequeña comunidad para compartir esta pena.
Desde lo más profundo nuestra alma, ánimo Galicia.
Creo firmemente en las energías
por eso voy a lanzar al aire este canon de Pachelbel para que llegue hasta el último
rincón y nos acompañe a todos, a los que estamos y a los que hemos perdido.
La mañana del 6 de julio Sandra se duchó y se puso
especialmente guapa. Después hizo
su maleta y cuando acabó, encendió un cigarro y se miró al espejo. “Estoy
soberbia, palante”.
Aquella fue la última vez que Mario supo de ella. Cuando se
levantó lo único que encontró fue la carta que Sandra le había dejado encima de
la mesa de la cocina. A continuación, os transcribo la parte que llegó a mis
manos. (Mi escoba la encontró hecha un gurruño mientras barría el suelo de su
cocina).
Yo sé que estas cosas de coger gurruños de los demás no se
deben hacer pero mi escoba dice que si
es por una buena causa pues que se puede perdonar. Y también dice que la buena causa es escribir
un post rapidito dedicado a todos aquellos que no tienen claro el significado del verbo querer…
Yo con mi escoba a muerte.
Esto es lo que llegó a mis manos:
“Si no te importa
no me hagas girar alrededor de tu universo sin
pensar que yo también tengo el mío.
Y si no tienes inconveniente
rompe tu código no pactado que determina que en nuestra relación, el
importante eres tú. ¿De qué…?
Una tercera cosita
no me protejas
como si yo no tuviera mis propias armas, me defiendo sola.
Y una cuarta
no hables, no pienses y no actúes
por mí. Por favor, en mi
autodeterminación, mando yo.
Un consejo más
No vivas mi
vida. Si no te importa, me gustaría
hacerlo a mí que para eso es mía.
Además de todo esto me gustaría añadir algunas otras cosas que llevo guardadas
y que no me he atrevido a decirte:
No
hace falta que me enseñes de todo, ya
aprendo de todo lo que la vida me da.
No
necesito que me digas lo que me tengo que poner o cómo me tengo que maquillar,
tengo espejo y un estilo propio.
No quiero
tu asesoramiento sobre si mis amigos.
Les tenía antes de encontrarte a
tí y tengo claro qué amistades quiero tener.
No me vas a modelar a tu gusto,
porque me gusta el mío. Yo no soy tu obra.
Pero sobre todo,
No me tomes el
pelo y me digas que lo haces por mí porque
por mí no lo haces. Lo haces por ti, porque te creces conmigo. Y porque yo te lo he permitido … hasta hoy.
Resumiendo:
Ten claro que querer no es
poseer y recuerda que por encima de mí,
solo estoy yo.
Así que, en vista de que estoy
hasta el gorro de que nubles mi existencia, he decidido una cosa: Que te den.
Firmado: Una nueva Sandra.”
Pues si que estaba harta, si. Pero todo esto que le escribió
¿por qué no se lo dijo? No sé, igual si
que lo había hecho…En fin, yo esta tarde voy a hablar seriamente con mi chico
para ver si tiene algo que decirme no vaya a ser que el paquete de folios que
compró ayer en el super tenga alguna finalidad que yo desconozca…glup.
Yo creo que no estoy
haciendo nada de lo que ponía en la carta pero nunca se sabe, a veces hago
cosas que sin querer hace la puñeta a
los demás pero si no me las dicen no las puedo modificar…¿no?
Joooodé, que complicaditas son las relaciones humanas pero a
la vez, qué alucinantes.
Jamás pensé que llegaríamos a esto pero hoy cuando he ido al supermercado que está al otro lado de la ciudad, le he visto.
En la puerta del establecimiento estaba el chico del segundo. Tiene cojones
a lo que hemos llegado. Mi vecino del segundo tendrá unos 47 años y llevaba
toda su vida trabajando en el taller mecánico de su padre. El taller cerró y
todos fueron a la calle. Mi vecino tiene dos niños de 8 y 10 años y está
separado de su mujer.
Se le ha juntado todo: que no ya no tiene paro, que ha
agotado las ayudas y que se ha comido los ahorros. Además, cada mes debe pasarle a su
mujer ni sé cuánto de la manutención de los niños así que el hombre dice que
sólo espera una cosa en esta vida: morirse.
Cuando me vio en la puerta del supermercado me dijo: “por favor no se lo
digas a nadie” y yo no sé a quién le dio más vergüenza si a él o a mi…
Me dijo que había intentado todo para conseguir un empleo pero que llevaba
tres años y medio sin encontrar nada y sin tener una sóla fuente de ingresos. Me
contó también que algunas semanas que le tocaba estar con los niños no tenía ni
para darles de comer y les mandaba con los abuelos.
Yo no me lo puedo creer. No me puedo creer que tan cerquita de mí ande
rondando el hambre…se me ponen los pelos de punta.
Los señores que nos gobiernan pueden estar muy orgullosos de lo que han
conseguido. Hace años, cuando la bonanza, hacíamos colas para entrar al cine, a
los restaurantes o al Port Aventura. Ahora las mayores colas son las del banco
de alimentos, las de los comedores sociales y las del paro. Ole y ole.
Uff que pena me da no saber cómo hacerlo pero si supiera, lo dejaría todo y comenzaría un movimiento
popular bien organizado que tendría dos objetivos: el primero que en España nadie
pasara hambre (fuera o no español) y el segundo, concienciar a toda la
ciudadanía para que nos ayudáramos y nos sacáramos adelante los unos a los
otros. Sin políticas y sin personas al frente que nos roben y nos engañen. Pero
lamentablemente ni sé, ni tengo carisma.
Volviendo a mi vecino, me daba mucha vergüenza darle unas monedas a si
que pacté con él que cada vez que tuviera que estar con sus hijos, yo compraría
la comida y el cocinaría para todos. Al principio me miró muy extrañado, porque no nos conocemos tanto como para hablar de algo duradero, pero cuando sus ojos se
empañaron y me sonrió supe que estaba de acuerdo con la idea.
Cocina muy bien así que cada vez que vienen los niños es una alegría. Para
mi vecino porque puede acogerlos con tranquilidad y para mí porque mi escoba y
yo comemos rico rico.
Creo que vivimos en un momento social muy delicado pero en el que se
pueden hacer muchos gestos y mejorar muchas cosas. Creo que es un momento
en el que debemos hablar, intercambiar, pedir y dar. Creo que muchos estamos
dispuestos a hacer, pero hace falta que nos empujen un poco.
Estoy segura que tú tampoco eres indiferente a esta penosa situación que
nos afecta y también estoy segura de que no te estás quedando con los
brazos cruzados. Creo que es momento de que todos, todos, miremos a nuestro
alrededor y veamos de qué manera podemos ayudar porque en el punto en el que
estamos no podemos esperar a que vengan y nos salven.
Como decía mi amigo Gandhi (a quien no conocí pero considero amigo
igualmente)...
“Dicen que
soy héroe, yo débil, tímido, casi insignificante. Si siendo como soy hice lo
que hice, imagínense lo que pueden hacer todos ustedes juntos.”.
A veces cuando menos te lo
esperas ocurre algo, que de nuevo, te devuelve la creencia en la magia.
Eso nos pasó la semana pasada a
mi escoba y a mí cuando estábamos en el Puerta de Hierro visitando a Amalia. Hacia varias semanas que estaba ingresada y todos sabíamos que se acercaba el fin. Ella también.
Estábamos recordando los tiempos
de la universidad cuando entraron en la sala unos chicos con instrumentos. Se presentaron y uno de ellos comenzó a tocar una
flauta travesera. Dios mío que manera tocar pero sobre todo, que manera de
hacer sentir.
Al principio Amalia sólo
escuchaba pero al poco rato me miró, se
acercó y me besó. Después me sonrió,
me apretó la mano y ya no me la soltó. Yo no dije nada. No podía hablar. Solo
quería congelar aquel momento. La sala estaba llena de pacientes, médicos,
enfermeras y familiares que se miraban desde la complicidad y la ternura. Cuando acabó el concierto Amalia se acercó al flautista y le dijo: sé que pronto voy a
morir, ojala todo el mundo pudiera dejar este mundo con la serenidad que tú me
has transmitido. A los dos días mi amiga me abandonó para siempre.
Me siento absolutamente
afortunada de haber podido compartir con Amalia sus últimos días. Mi alma se
quedó tranquila y la suya también. Además me quedo con el recuerdo de ese
momento irrepetible en el que la música
nos iba corriendo por las venas y nos iba inundando de paz. ¿Sus creadores? Música en Vena. Una asociación que ha
conseguido introducir la magia de la música en los hospitales y pellizcar el
corazón de quien los escucha.
Pocas veces he dado unas gracias
tan sentidas como las de este post. Quiero dedicar esta entrada a las personas
que hacen mucho a cambio únicamente de una sonrisa o de un suspiro de tranquilidad. Quiero dedicárselo a
aquellos que aún hoy, en este mundo tan corrompido y loco, siguen apostando por
la voluntad y las ganas de hacer que la vida sea más amable.
Gracias Virginia (fundadora de la
asociación música) porque, con lo que vales, te podía haber dado por cualquier
otra cosa pero afortunadamente, te dio por esto. Gracias porque hace mucha
falta que gente como tú, se arranque y contagie su fuerza a los demás. De verdad
qué placer haber sabido de ti.
Virginia creó su asociación hace alrededor de un año y música en vena ya está empezando a
ser conocida nacional e internacionalmente ¿cómo no? Lo que hacen lo hacen
desde el alma, tienen un proyecto muy bien elaborado, técnicamente son muy
buenos y su labor es muy necesaria.
Os dejo su página y os invito a
que os deis unas vueltas por ella. Es una página muy limpia pero es que cuando
se dicen las cosas claritas no hacen falta muchas florituras.
Toda la vida cuidando a los hijos
y cuando son mayores, ahí te quedas que yo me voy… oye, que se van y no miran
ni patrás y allá tu con tu corazón roto y tu nido vacío y claro, en queriendo
llenar el nido con algo, pues tiras de lo primero que encuentras: pena, rabia,
impotencia, pena otra vez. Ufff…que peligro tenemos las madres cuando nos
ponemos a sufrir. Nos lo sufrimos todo.
Cierto es que cuando nuestros “niños”
se van (aunque tengan ya más de 30 largos) nos agarramos a los niños que fueron
y esa imagen ya no se nos borra: “Que si cuando era pequeño esto, que si cuando
era pequeño lo otro” y parece que pensábamos que jamás se irían y que nos
necesitarían para siempre. Íbamos listas.
También creo que con repetirles eso de que “madre no hay más que una” nos
creíamos que nos estábamos ganando el que nos quisieran para siempre más que a
nadie. Íbamos listas otra vez.
y aun creo más: que cuando fuimos al cole
nadie nos explicó (entre los cientos de cosas absolutamente necesarias que
tampoco nos explicaron) que los hijos no son posesiones y que la frase “tengo un hijo” era en sentido figurado. No
les tenemos, no son nuestros. Son suyos.
Son dueños de ellos mismos y de sus propios proyectos vitales. Dueños de sus sueños
que muy posiblemente no tengan nada que ver con los nuestros y que no deben
serlo porque bastante tengo con ser dueña de mí, de mis fracasos y de mis
éxitos. Yo soy la única dueña de mis sueños y me he planteado muy pocas veces cuál
era el sueño de mi madre. ¿Insensibilidad o crecimiento personal?...
Ahora que soy mayor y estoy en
medio de dos generaciones tengo visión para comparar mis comportamientos como
madre y mis comportamientos como hija y vive Dios que yo misma como madre, no me
soportaría como hija. Ni al revés.
Al final, nos pasa que en esta
sociedad nuestra nos educamos en unos roles tan marcados que cuando nos toca
cambiar es como tirarnos al vacio. Y si
encima, lo que nos toca aprender en cada rol lo aprendiéramos o nos lo
enseñáramos bien, ni tan mal…
Pero tal y como tenemos montado nuestra
educación, tal y como aprendemos nuestros hábitos de consumo y viendo cuáles
son las bases sobre las que soportamos nuestro sistema de valores, ser de otra
manera sería un milagro. También digo que lo alimentamos día a día nosotros
mismos. Mi escoba y yo también, faltaría más.
No os ofendáis que voy a ser un poco
exagerada:
No nos enseñamos a ser niños:
Tiene narices que con tres-cuatro años empecemos con el judo-ingles y las no sé
cuantas extraescolares a las que tenemos que ir porque si no, el día de mañana
no estaremos preparados para salir a
este mercado taaaaaan competitivo.
¿Y jugar?, ¿cuándo juegan los
niños? Antes los niños jugaban…
No nos enseñamos a ser adolescentes:
Tiene narices nos dejemos llevar de lo
bonito que es que en casa me lo hagan todo y nos escondamos detrás de que como
la adolescencia es una edad taaaaaan difícil pues todo lo que hacemos es fruto
de esta etapa en la que “adolecemos” de muchas cosas. De ahí lo de ser “adolescente”,
claro. Ahhh pero que no falte dinerito para hacer un poquito de botellón el
finde y si puede ser, me vayan comprando un Smartphone que el “móvil” anterior
está pasadito de moda.
¿Y descubrir el mundo con los
pies en la tierra y no sólo con los
dedos en el teclado? El mundo es mucho más que virtualidad y consumo. Antes los
adolescentes no tenían tantas cosas, ni p…. falta que hacía.
No nos enseñamos a ser jóvenes: Tiene
narices que lleguemos a jóvenes con los valores tan liados. El compromiso, la oportunidad,
el desarrollo, la superación, la responsabilidad, la implicación o la iniciativa
se nos escapan en cambio la desorientación, la frustración, el miedo, el vacio y el “que no me falte de na´”
lo tenemos muy presente aunque no lo verbalicemos (porque si digo que estoy
muerto de miedo ante el futuro voy a parecer el más pringao)
¿Y empezar a asumir
responsabilidades para ir tomando el relevo de los adultos más mayores? Ya lo
siento pero esto está montado así. Sociedad de relevos. Es que si no el sistema
no funciona y tomar el relevo es mucho más que coger la antorcha y echar a
correr. Jo que difícil lo tienen, en serio.
No nos enseñamos a ser adultos: Tiene
narices que al llegar a adultos seamos tan poco seguros y tengamos las cosas
tan poco claras: ¿Qué hago para conseguir una estabilidad?, ¿compro o alquilo?,
¿cómo educo a mi hijo?, ¿cómo atiendo a mis padres?,¿qué va a ser de mi cuando
sea mayor?,¿ya llegaré a las pensiones?,¿dónde me voy a de vacaciones?,¿qué
planeta estoy dejando?,¿playa o montaña?
Dios mio que estressssssss.
Y no nos enseñamos a ser mayores:
Tiene narices que en esta sociedad nuestra nos hayamos empeñado en dejar a un
lado a los mayores, porque no nos da la gana interiorizar que la vejez y la
muerte forman tan parte de la vida como cuando nacemos pero jo, es que la
vejez, la enfermedad y la muerte son taaaaaaan tristes.
¿Y aprender de ellos?,¿cuándo aprendemos de
nuestros mayores? Antes aprendíamos de ellos…creo.
Ufff… yo no digo que antes se
viviera mejor o que los roles estuvieran menos marcados pero creo que pasábamos
de etapa vital más preparados para asumir la siguiente.
Insisto, no se me enfaden, pero
que creo que tiene narices.
En fin, acabamos este post con un
corto muy simpático pero tiene su aquel sobre aquello que decíamos que madre,
no hay más que una.
Cuando Ada Colau llamó criminal
en su cara al representante de la banca en el congreso de los diputados temblé
con ella. Temblé porque comparto completamente su discurso y porque a los
extremos a los que se está llegando con el tema de los desahucios no sé si responde
a estar en manos de mala gente o de gente demente. Yo como toda mi generación
me he ido haciendo mayor y como mucha otra
gente que se ha ido haciendo mayor también me compré una casa hace unos
años. Hoy como todos, estoy hipotecada hasta las orejas. Voy a estar pagando
hipoteca hasta el día que me jubile a los 67 o a los 70 o cuando a los señores
que meten mano en las leyes establezcan que es la edad apropiada para que me
jubile. (Es mejor que yo trabaje hasta el día que no pueda con mis huesos en
lugar de emplear a las generaciones que nos siguen y que encabezan el ranking
de paro, pero esto es otro tema pa´otro día).
Hace muy poco mi escoba y yo nos
sentíamos afortunadas porque la crisis aun no nos estaba afectando ni a nosotras ni a nuestro entorno más cercano, pero en pocos meses la situación ha cambiado
y ahora casi todo nuestro entorno ya está tocado. O se están quedando sin
trabajo o les han bajado el sueldo o están cerrando sus empresas y la gran
mayoría igual que yo, debe hacer frente a los pagos de sus hipotecas…glup.
Cuando en 2009 se creó la Plataforma
de Afectados por la Hipoteca de
Barcelona no les conocía ni el tato. Eran cuatro “guays” que luchaban por que a
las gentes no las echaran de sus casas… y pensábamos ¿pero quién te va a echar
de tu casa? Por favor que no vamos a llegar a eso, que España no va tan mal, que esto en un par
de años repunta y salimos reforzados de la crisis. Jejejejejeje… que inocentes…
Desde entonces han pasado ya cuatro
años, más de 400.000 desahucios y más de
10 suicidios de personas que se han quedado en la santa calle. Casi nada.
Los cuatro “guays” que luchaban
porque a las gentes no les echaran de sus casas han parado ya 576 desahucios y
han recogido más de un millón y medio de firmas para llevar a trámite la Iniciativa Legislativa
Popular, (una serie de medidas urgentes y de mínimos que intentan paliar el despropósito
de los desahucios). Esta gente se está
rompiendo los cuernos para parar esta locura y nos está dando tal lección de
profesionalidad, responsabilidad y ciudadanía responsable que yo
particularmente me quito el sombrero.
Pero aun hacen falta muchas hadas-adas que se impliquen y luchen. Muchas
hadas-adas que se informen e informen, que salgan a la calle y que se
impliquen. Muchas hadas-adas que no tengan miedo a llamar a las cosas por su
nombre y que desde la gratuidad, la seriedad y la rigurosidad, con la mochila
cargada de argumentos firmes y coherentes sean capaces de ir allanando un camino
hasta ahora tortuoso y loco.
¿Cómo se puede permitir, como
podemos permitir que las personas lleguen a tal punto de indefensión y
desesperación que la única solución que vean sea su propia muerte? No me jodas.
Yo me planto y me declaro en huelga de sumisión. Me planto y me declaro en
huelga de ceguera. Me declaro en huelga de absurdez colectiva y me apunto a las
filas de las hadas que día a día pelean por conseguir que todo el mundo tenga
un techo donde dormir caliente y seguro. Seguro que algo podré aportar. Todo el
mundo puede. Tú también.
STOP DESAHUCIOS YA
No me quiero
despedir sin vocear esto:
Artículo 25.1 Declaración Universal de
los Derechos Humanos:Toda persona tiene derecho a
un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el
bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, lavivienda, la asistencia médica
y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en
caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de
pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su
voluntad.
Leo esto y no se si reír, llorar, dar un
puñetazo en la pared o encadenarme en la puerta del congreso… pues eso.
Os paso la página de la
Plataforma y os animo a que no os quedéis parados. O hacemos fuerza entre todos
o esta masacre no se para.
El video que os paso es el de la
convocatoria que se hizo para la manifestación del 16 de febrero pero tiene
fuerza y el mensaje es “atemporal” y válido para la siguiente convocatoria (que la habrá).
Quítate de ahí gorda que eres una
gorda. Gorda y fea. No sé que vi en ti para casarme contigo puta. Quítate de
ahí o te reviento la cara.
Y Sonia se levanta de la silla de
la cocina pero antes de hacerlo clava sus ojos azules en el cuchillo que
hay en la mesa a la vez que nota como el
corazón se le acelera y se dice a si misma:
-Un poco de valor y habremos terminado. Decídete y dejará de hacerte la vida
imposible a ti y a los niños.
Pero Sonia ni tiene valor para
hacerlo ni es tonta. Sabe que la vía para acabar con esa situación no es
tomarse la justicia por su mano sino denunciar. Denunciar a su maltratador del
que desafortunadisimamente sigue dependiendo (¿enamorada?).
La última vez que le pegó le partió el labio y una ceja. A quienes él quería pegar era a los niños pero
se puso delante y los golpes se los
llevo ella. Casi a escondidas se fue a urgencias y allí le curaron pero además
le aconsejaron que denunciara porque estaba claro que no había sido una caída.
La enfermera le dijo lo mismo que las veces anteriores:
-No es la primera vez que vienes,
no puedes seguir así, por favor denúnciale o un día te van a traer con los pies
por delante.
Pero Sonia disculpa siempre a su
agresor: “es que se ciega y no sabe lo
que hace pero luego se arrepiente””es que el niño pequeño es muy movido y pone
a su padre muy nervioso” ”es que la comida estaba muy sosa” ”es que la camisa
estaba mal planchada”…
Y con las heridas curadas (las de
la cara no las del alma) vuelve a casa sin dejar de darle vueltas a la denuncia
que ella sabe que tarde o temprano va a tener que poner. Sólo es cuestión de
tiempo.
Cuando hablas con ella dice que los niños son
pequeños y que ella no trabaja. Dice que sabe que las hostias le van a seguir
cayendo pero que si aguanta, el dinero para mantener a sus hijos, también. Por eso aguanta. Por eso y porque dice que en
el fondo le sigue queriendo. (A mi
escoba se le llevan los demonios cada vez que le escucha defenderle y a mi, pues
también)
Sonia siempre busca escusas para
evitar que llegue el momento de dejarle:
Si le denuncio vendrá a por mí.
Si le dejo de qué comemos. Si encuentro
trabajo quién me cuida a los críos. Si voy a buscar trabajo dónde busco. Si no
tengo formación, dónde voy. Si…si…si…
En todos estos años de matrimonio
Sonia
no ha cultivado amistades y a raíz de casarse perdió a sus amigas. Sus
padres son muy mayores y están al margen de todo lo que pasa. Sus hermanos
nunca se han preocupado mucho por ella. Su formación es un auxiliar de administrativo
de hace mil años por lo que sabe que encontrar trabajo después de un montón de
años sin actividad laborar va a ser difícil.
Así que cada vez que piensa en
acabar con esto le resulta muy difícil dar el paso porque ni tiene recursos ni un entorno que le favorezca. Sonia se siente
triste, desamparada y sola. Ah!! Además de gorda, fea, vieja, inútil y todas
las linduras que su maltratador ha conseguido que lleve tatuadas en el alma.
Pero a veces las cosas vienen
solas…
La semana pasada le golpeó en
plena calle. Lo vimos un montón de gente y llamamos a la policía. Ninguno de
los testigos nos movimos del sitio. Nos quedamos allí reteniéndole a él,
acompañándole a ella y esperando a la policía para contar lo que habíamos visto y todo lo que Sonia estaba
pasando aun sin que hubiera denuncia. Mi escoba habló mucho con Sonia para
convencerle de que ahora si había llegado ya el momento de acabar con aquello.
Llegaron dos policías. Después de un buen rato, se los llevaron a él a comisaría y a ella a un piso de emergencia social.
Los niños estaban en el colegio y
no vieron nada. Cuando salieron del cole su madre los llevo a su nueva
casa. Una casa para mujeres maltratadas
donde ella y los peques podrían comenzar una nueva vida. El camino que ahora
les queda por recorrer no es ni fácil ni
corto pero por lo menos es un camino sin golpes y sin miedo. Queda mucho tiempo
para el que estomago deje de encogerse cuando escuchen la llave en la cerradura
pero ahora ya cada uno debe hacer un trabajo personal de superación y
autoestima. Ahora deben dejarse querer y sobre todo, echarle mucho valor,
dejarse ayudar y encarar la vida desde lo positivo. Repito , no es fácil.
El siguiente párrafo está sacado
de las declaraciones que se hicieron en la rueda de prensa celebrada por el
Observatorio de violencia domestica en noviembre de 2012:
“En cinco años casi 85.000 mujeres maltratadas
han renunciado a seguir el proceso judicial. Denunciaron a su agresor, pero
luego se echaron atrás. Y en los tres últimos añosesta
cifra de arrepentimiento se ha disparado hasta alcanzar el 29 por ciento.
Tres de cada diez víctimas han dicho no a continuar y airear el infierno de su
casa en un juzgado”. Desde el observatorio se sostiene que la crisis ha
repercutido en esta retirada de denuncias por el miedo de las víctimas a su
futuro tras el proceso judicial.
Jo,
que estamos involucionando…y no nos lo podemos permitir. Mi escoba y yo
alguna otra vez ya hemos tratado el tema de las denuncias pero es que creemos
que es fundamental que ellas denuncien y que nosotros no nos hagamos los
ciegos…
Si sabes de alguna situación de
violencia de género, por favor, llama al 016. Denuncia.
Si lo estás sufriendo en tus
carnes, por favor llama al 016. Denuncia.
Como a todos independientemente de que sufra parálisis
cerebral y lleve 17 años abriéndose camino en el mundo, cuando a las mediodías
sale el sol de enero, Elvira te mira de una forma tan especial que sabes que se
muere por ir a la calle.
Es entonces cuando mi escoba y yo
cogemos nuestros trastos y nos vamos con ella, buscamos un banco al sol y nos
aposentamos un buen rato hasta que “alguien” se acerca y me dice delante de Elvira:
-Pobrecita ¿es tu hija?
Y yo le contesto - no, es mi amiga-
-Ya, que pena.
- Que pena qué.
- Que pena vivir así.
- Así como ¿sentada? Pues más
descansada estará digo yo ¿verdad Elvira?
Y ante la mirada extrañada y
sorprendida de quien se ha acercado, Elvira utiliza su plafón para decirnos que
está muy a gusto sentada pero que tumbada todavía estaría más descansadita…(es
una cachonda) y nos echamos unas risas junto al “alguien” que se nos ha
acercado.
- - Elvira tiene parálisis cerebral, sufre un
trastorno permanente y no progresivo que afecta a su psicomotricidad, o sea a su aparato motor pero su cerebro está perfecto. Nos oye, nos
entiende y se acuerda de todos nosotros cuando hablamos de ella y de su parálisis
con ella delante sin tener en cuenta precisamente eso, que está delante…
- - Vaya, lo siento. No quería ofender.
Y entonces “el alguien” se acerca
mucho a Elvira, le sonríe y comienza a
preguntarle en voz muy alta y de forma muy lenta:
- - Elvira ¿Qué tal estas? ¿te duele mucho?
Y
es entonces cuando mi escoba no puede más y empieza a barrer las losetas
del parque (porque o barre o se lía a escobazos con el “alguien” pelma que nos
ha tocado)
- - Elvira oye perfectamente, no hace falta que le
grites- le digo.
- - Claro, claro. Perdonad.
Jeeesus pero por qué cada vez que
salimos a la calle no podemos tener el rato tranquilito…
Yo agradezco que la gente se
acerque a hablar con Elvira y a saludarle. De hecho Elvira es supersociable y
extrovertida así que le encanta hacer
amigos nuevos pero claro, siempre que dejen atrás las penas y los lamentos.
Dicen los estudios -Encuesta sobre Deficiencias, Discapacidades y Estados de Salud
de 1999- que la incidencia anual de parálisis cerebral es de 2 a 2,5 por
cada 1.000 nacimientos. Dicen que en España hay más de
3,5 millones de personas con discapacidad, lo que representa el 9% del total de
habitantes y que el número de personas con parálisis cerebral se acerca a
78.000. Ahí
es nada.
Bueno pues mi amiga Elvira es una de esos 78.000 y Lleva 17
años luchando contra los elementos, contra sus limitaciones, la autocompasión y
la mirada compasiva, contra la adversidad, contra las trabas que nuestra
sociedad para “normales” le impone y aun
así, si le cuentas un buen chiste, la tía se troncha. Le gusta el solecito, el
cafecito, las tapitas del bar y una
buena película con sus palomitas…como a ti, y como a mí.
Siempre que salgo con ella vuelvo
con una lección de vida aprendida. Elvira es la imagen de la superación y el
coraje. Por eso me da tanta rabia que mucha gente se le acerque por pena y no porque
crea que pueda ser una persona interesante para conocer y disfrutar.
Vivimos en una sociedad que tanto la muerte como la
enfermedad “cuanto más lejos mejor”. No nos han enseñado a mirarlas de una
forma natural aunque de sobra sepamos que tanto la una como la otra en algún
momento debemos mirarlas de frente e incluso pasar por ellas.
La verdad es que Elvira tiene una
incapacidad únicamente motora pero en
muchos otros paralíticos cerebrales además del trastorno motor también se da Retraso mental
- en dos terceras partes de los afectados- así como problemas de aprendizaje,
alteraciones visuales, déficit auditivos, trastornos de la comunicación,
trastornos emocionales o conductuales, alteraciones en la deglución… En fin
que la cosa se les complica y son
necesarios muchas manos y muchos recursos para darles la calidad de vida que se
merecen tanto como tú y como yo.
Desde nuestro blog mi escoba y yo os animamos a que
visitéis algunas páginas que os darán información acerca de esta discapacidad
motórica y también os animamos a que os acerquéis a alguna de sus
asociaciones…si os acercáis, fijo que repetís
¡estos chicos enganchan, os lo aseguro!
Y ahora os dejo porque mi escoba, Elvira y yo nos
vamos a las rebajas. Elvira es, sin duda, la más presumida de las tres y nos
puede tener tooooda la tarde recorriendo tiendas.
Recuerdo
que en las navidades de mi niñez yo no entendía por qué se mezclaban los
anuncios de los Reyes Magos diciendo que si habías sido bueno te traerían del
Corte Ingles todo lo que quisieras mientras que en otros te pedían dinero para
que los Reyes no dejaran sin regalo a los niños “del África”.
Yo me
pasaba todas las navidades intentando descubrir si es que el dinero de los
juguetes de los niños del mundo se financiaba con dinero común y no había para
todos (como pasa con todo lo común)…O es que el mundo era tan grande que hasta
sus Majestades de Oriente aún siendo mágicos no sabían dónde quedaba África. ¿Cómo
no iban a saberlo?
Luego tampoco
entendía por qué se olvidaban de entrar siempre en las casas de los mismos: en
las de los pobres y en las de los países menos desarrollados. ¿…………?
Y tampoco me
entraba en la cabeza como en una noche les daba tiempo a ir a todas y cada una
de las casas y a la vez dejar regalos, comer rosquillas y beber anís. (Por eso
no llegaban a África, era evidente)
De lo
único que estaba segura era de que entraban por Francia y luego se dividían en
tres grupos para repartir los juguetes geográficamente de arriba abajo del
siguiente modo: Gaspar la España de la derecha, Melchor la España del centro y
Baltasar la España de la izquierda. Luego se encontraban en Algeciras y pasaban
a Ceuta en ferry pero para entonces ya iban tan pimplaos con el anís que les
daba igual ir pá África que volver pá Cuenca.
Esta idea
del anís era la que más me convencía porque cuadraba perfectamente: las casas
en las que había muchos regalos era porque se habían confundido y habían dejado
los juguetes que no habían dejado en otras (que eran, insisto, las de los
pobres)
También me
parecía un trabajo enorme aquello de tener que leer todas las cartas y luego
clasificar todos los juguetes de todos los niños del mundo según continentes,
países, ciudades, pueblos, calles, casas, portales, pisos y destinatarios…por eso siempre les
perdonaba el que nunca me trajeran nada de lo que pedía.
En fin,
luego crecí, lo entendí y válgame Dios que me sentí más aliviada cuando todo
tuvo coherencia. Pero entonces dejé de estar confundida para estar triste. Era
menos doloroso que la culpa del caos juguetero la tuviera el anís y no que la
tuviéramos nosotros mismos y nuestro eterno ansia del tener y el poseer y el
ser más que el vecino…
Ahora que
ya soy mayor y entiendo (aunque no comparto) por qué era necesario para el
consumo que Papa Noel también se cruzara en nuestras vidas y conviviera con sus
Majestades los Reyes, me gustaría escribir
en mi carta un solo deseo: Ojala este año todos los niños pudieran jugar con
algo…y si fuera con juguetes mejor.
De
antemano sé que mi petición no se va a cumplir. De antemano sé que muchos
muchos niños no van a tener juguetes ni en Papa Noel ni en Reyes ni en nada. A
no ser que los que podamos hagamos un acto (no de solidaridad sino de
responsabilidad) y de los juguetes que compremos, uno vaya a parar a la casa de
alguien que lo necesite más. Es tan fácil como no atiborrar a nuestros niños
con cientos de juguetes (que acaban por no valorar) o no comprar el juguete más
caro y más sofisticado que encontremos en el mercado (que igualmente acaban por
no valorar). Esto de la compra responsable de juguetes daría para otro post
(pero esto ya para otro día, que hoy el tema es otro).
Dicen los
señores de la Confederación de Consumidores y Usuarios en su encuesta
anual que
“La compra de juguetes y la celebración de
comidas familiares son los dos aspectos del consumo navideño que mejor parecen
resistir la disminución de los presupuestos de los hogares para esta Navidad en
la que, tres de cada cuatro españoles, gastará menos por la crisis”.
Y digo yo
que si nos vamos a seguir gastando casi el mismo dinero en juguetes ¿por qué no
hacemos un acto solidario y en este año tan duro compartimos con los demás algo
de lo nuestro?
Para
ponérselo a todo el mundo más fácil, mi escoba y yo hemos buscado lugares donde
poder donar juguetes y hemos encontrado una página muy interesante que ofrece
mucha información. Yo desde mi humilde blog te animo a que si puedes, tengas un
pensamiento solidario y después hagas un acto responsable.
En fin, ha
llegado la hora de despedirme no sin antes aprovechar la ocasión para desearos
una feliz sociedad, que también acaba en
“dad”· como Navidad, pero no es lo mismo.
Ah!! os dejo también un vídeo muy chulo con un mensaje muy noble pero que de nuevo, promete lo que no puede cumplir...