Eso nos pasó la semana pasada a
mi escoba y a mí cuando estábamos en el Puerta de Hierro visitando a Amalia. Hacia varias semanas que estaba ingresada y todos sabíamos que se acercaba el fin. Ella también.
Estábamos recordando los tiempos de la universidad cuando entraron en la sala unos chicos con instrumentos. Se presentaron y uno de ellos comenzó a tocar una flauta travesera. Dios mío que manera tocar pero sobre todo, que manera de hacer sentir.
Al principio Amalia sólo
escuchaba pero al poco rato me miró, se
acercó y me besó. Después me sonrió,
me apretó la mano y ya no me la soltó. Yo no dije nada. No podía hablar. Solo
quería congelar aquel momento. La sala estaba llena de pacientes, médicos,
enfermeras y familiares que se miraban desde la complicidad y la ternura. Cuando acabó el concierto Amalia se acercó al flautista y le dijo: sé que pronto voy a
morir, ojala todo el mundo pudiera dejar este mundo con la serenidad que tú me
has transmitido. A los dos días mi amiga me abandonó para siempre.
Me siento absolutamente
afortunada de haber podido compartir con Amalia sus últimos días. Mi alma se
quedó tranquila y la suya también. Además me quedo con el recuerdo de ese
momento irrepetible en el que la música
nos iba corriendo por las venas y nos iba inundando de paz. ¿Sus creadores? Música en Vena. Una asociación que ha
conseguido introducir la magia de la música en los hospitales y pellizcar el
corazón de quien los escucha.
Pocas veces he dado unas gracias
tan sentidas como las de este post. Quiero dedicar esta entrada a las personas
que hacen mucho a cambio únicamente de una sonrisa o de un suspiro de tranquilidad. Quiero dedicárselo a
aquellos que aún hoy, en este mundo tan corrompido y loco, siguen apostando por
la voluntad y las ganas de hacer que la vida sea más amable.
Gracias Virginia (fundadora de la
asociación música) porque, con lo que vales, te podía haber dado por cualquier
otra cosa pero afortunadamente, te dio por esto. Gracias porque hace mucha
falta que gente como tú, se arranque y contagie su fuerza a los demás. De verdad
qué placer haber sabido de ti.
Virginia creó su asociación hace alrededor de un año y música en vena ya está empezando a
ser conocida nacional e internacionalmente ¿cómo no? Lo que hacen lo hacen
desde el alma, tienen un proyecto muy bien elaborado, técnicamente son muy
buenos y su labor es muy necesaria.
Os dejo su página y os invito a
que os deis unas vueltas por ella. Es una página muy limpia pero es que cuando
se dicen las cosas claritas no hacen falta muchas florituras.
Ah y por supuesto le quiero
dedicar este post a mi Amalia del alma. Descansa en paz mi vida.
¡¡Olé, olé y olé!!
ResponderEliminarEl mundo lo heredarán aquellos que se entregan de esta manera. Flicitaciones.
Alberto.
¡Qué emocionante...! Siento mucho tu pérdida. Gracias por compartir la experiencia tan intensa. Verdaderamente Música en Vena es una extraordinaria iniciativa como lo es Virginia Castelló. Un abrazo
ResponderEliminarno me gusta lo de música en vena. una metáfora o lo que sea especialmente abrasada. por lo demás todo chiripitifláutico. enhorabuena.
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