domingo, 26 de febrero de 2012

¡No más etiquetas!

 Nos pasamos toda la vida de carnaval. Todo el año guardando las apariencias, disfrazados, escondiendo lo que realmente somos o sentimos.
Por miedo al conflicto, por no hacer daño al otro, por agradar, porque no digan de nosotros, por lo que sea, nos cuesta la vida ser nosotros mismos.
Al final, casi todos nos socializamos o nos socializan con una etiqueta y la llevamos plantada toda la santa vida. Hagas honor a ella…o no. Seas así o no. Da igual. Las etiquetas que “portamos” deciden lo que somos.
Y creo que hay varios tipos de etiquetas:
·         **La que te pones tú, “de lo que vas” . La idea de ti  que quieres o te interesa proyectar en los demás…(no me tuerzas la ceja que  tu también la tienes, igual que yo).
·    **La que te ponen los demás y no te queda otra que reforzarla, mantenerla,  intentar quitártela o que te la traiga al pairo…(esto último cuesta un poco, y en ciertas etapas de la vida, más).
·         **La que te ponen los demás y tú no te enteras de que la tienes. Contra esta evidentemente no puedes hacer nada porque no controlas la información.
Habrá otras pero como el blog es mio, pues me quedo con estas…
Bien, pues si por alguna razón algún día piensas “desetiquetarte”, lo llevas claro. No hay forma. Hay una cosa que si puedes hacer y es cambiar una etiqueta por otra, eso si que pasa. (O sea dejar de tener una imagen para tener otra). Pero ir desetiquetado…nunca.
Creo que en cierto modo es lógico y humano etiquetar, (sintetizar la imagen que se tiene de una persona en un concepto) lo que no es lógico es que esa etiqueta sea la que impere en tu vida, la que decides lo que eres, lo que serás y la que condicione tus relaciones con los demás o sus reacciones hacia ti. Eso no me parece justo.
Hay etiquetas amables y ciertas pero hay otras demoledoras que además no tienen ningún rigor: las infundadas generadas a partir del rumor, de la primera imagen, del malentendido, de la mala onda o de una circunstancia desafortunada. Cualquier momentito es bueno para “encadenarle” una etiqueta a alguien para siempre…
No sé, aunque pueda llegar a racionalizar (que no compartir) que los demás me etiqueten o cataloguen,  estoy hasta la boina de que además me digan cuáles son las etiquetas complementarias que debo llevar y me conviertan en un instrumento de su pulso contra…¿el mundo?:  sumisa-indignada//tradicional-alternativa//roja-rosa-azul//españolista- regionalista-nacionalista//a favor de – en contra de// …según quien me de el discurso, las etiquetas que pretende que me cuelgue son unas u otras.

Señoras y señores que quieren influir en las formas de ser y actuar de los demás (o sea muchos y yo muchas veces también, que no me libro): vivan sus propias vidas,  y a mi, déjenme tranquila, que bastante me cuesta estar en paz conmigo misma…jolín.
Afortunadamente creo que tengo unos valores lo suficientemente honestos y asentados como para que esta sociedad se fie de mi y me deje ir por mi caminito, tranquilita, solita o acompañadita,  pero según yo decida.

                                                                         Fin.

Comentario  de mi escoba que NO viene al tema: El 22.5 % de la población activa española, diez millones de personas, vive en situación de pobreza relativa, con 500 euros al mes. Dos millones, con ingresos de 300 euros, viven en situación de pobreza severa.

Y vosotros, si vosotros que no lo necesitáis porque tenéis vuestro buen sueldo y vuestro buen cargo,  ¿os permitís  meter la mano en las arcas públicas y llevaros las cantidades ingentes  que os estáis llevando y que tanta falta le hace a este País? No por favor.

                                        … Ojala no haya paz para vosotros, malvados.
                                                                  Si no lo dice, revienta. Ole mi niña.

...Os dejo con un vídeo para la reflexión... (es chulo y tiene su aquel)




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