domingo, 24 de marzo de 2013

TIENE NARICES


Toda la vida cuidando a los hijos y cuando son mayores, ahí te quedas que yo me voy… oye, que se van y no miran ni patrás y allá tu con tu corazón roto y tu nido vacío y claro, en queriendo llenar el nido con algo, pues tiras de lo primero que encuentras: pena, rabia, impotencia, pena otra vez. Ufff…que peligro tenemos las madres cuando nos ponemos a sufrir. Nos lo sufrimos todo.

Cierto es que cuando nuestros “niños” se van (aunque tengan ya más de 30 largos) nos agarramos a los niños que fueron y esa imagen ya no se nos borra: “Que si cuando era pequeño esto, que si cuando era pequeño lo otro” y parece que pensábamos que jamás se irían y que nos necesitarían para siempre. Íbamos listas.

También creo que con  repetirles  eso de que “madre no hay más que una” nos creíamos que nos estábamos ganando el que nos quisieran para siempre más que a nadie. Íbamos listas otra vez.

 y aun creo más: que cuando fuimos al cole nadie nos explicó (entre los cientos de cosas absolutamente necesarias que tampoco nos explicaron) que los hijos no son posesiones y que la frase  “tengo un hijo” era en sentido figurado. No les tenemos,  no son nuestros. Son suyos. Son dueños de ellos mismos y de sus propios proyectos vitales. Dueños de sus sueños que muy posiblemente no tengan nada que ver con los nuestros y que no deben serlo porque bastante tengo con ser dueña de mí, de mis fracasos y de mis éxitos. Yo soy la única dueña de mis sueños y me he planteado muy pocas veces cuál era el sueño de mi madre. ¿Insensibilidad o crecimiento personal?...

Ahora que soy mayor y estoy en medio de dos generaciones tengo visión para comparar mis comportamientos como madre y mis comportamientos como hija y vive Dios que yo misma como madre, no me soportaría como hija. Ni al revés.

Al final, nos pasa que en esta sociedad nuestra nos educamos en unos roles tan marcados que cuando nos toca cambiar es como tirarnos al vacio. Y si encima, lo que nos toca aprender en cada rol lo aprendiéramos o nos lo enseñáramos bien, ni tan mal…

Pero tal y como tenemos montado nuestra educación, tal y como aprendemos nuestros hábitos de consumo y viendo cuáles son las bases sobre las que soportamos nuestro sistema de valores, ser de otra manera sería un milagro. También digo que lo alimentamos día a día nosotros mismos. Mi escoba y yo también, faltaría más.

 No os ofendáis que voy a ser un poco exagerada:

No nos enseñamos a ser niños: Tiene narices que con tres-cuatro años empecemos con el judo-ingles y las no sé cuantas extraescolares a las que tenemos que ir porque si no, el día de mañana no estaremos preparados  para salir a este mercado taaaaaan competitivo.

¿Y jugar?, ¿cuándo juegan los niños? Antes los niños jugaban…

No nos enseñamos a ser adolescentes:  Tiene narices nos dejemos llevar de lo bonito que es que en casa me lo hagan todo y nos escondamos detrás de que como la adolescencia es una edad taaaaaan difícil pues todo lo que hacemos es fruto de esta etapa en la que “adolecemos” de muchas cosas. De ahí lo de ser “adolescente”, claro. Ahhh pero que no falte dinerito para hacer un poquito de botellón el finde y si puede ser, me vayan comprando un Smartphone que el “móvil” anterior está pasadito de moda.

¿Y descubrir el mundo con los pies en la tierra y no  sólo con los dedos en el teclado? El mundo es mucho más que virtualidad y consumo. Antes los adolescentes no tenían tantas cosas, ni p…. falta que hacía.

No nos enseñamos a ser jóvenes: Tiene narices que lleguemos a jóvenes con los valores tan liados. El compromiso, la oportunidad, el desarrollo, la superación, la responsabilidad, la implicación o la iniciativa se nos escapan en cambio la desorientación, la frustración, el  miedo, el vacio y el “que no me falte de na´” lo tenemos muy presente aunque no lo verbalicemos (porque si digo que estoy muerto de miedo ante el futuro voy a parecer el más pringao)

¿Y empezar a asumir responsabilidades para ir tomando el relevo de los adultos más mayores? Ya lo siento pero esto está montado así. Sociedad de relevos. Es que si no el sistema no funciona y tomar el relevo es mucho más que coger la antorcha y echar a correr. Jo que difícil lo tienen, en serio.

No nos enseñamos a ser adultos: Tiene narices que al llegar a adultos seamos tan poco seguros y tengamos las cosas tan poco claras: ¿Qué hago para conseguir una estabilidad?, ¿compro o alquilo?, ¿cómo educo a mi hijo?, ¿cómo atiendo a mis padres?,¿qué va a ser de mi cuando sea mayor?,¿ya llegaré a las pensiones?,¿dónde me voy a de vacaciones?,¿qué planeta estoy dejando?,¿playa o montaña?

Dios mio que estressssssss. 

Y no nos enseñamos a ser mayores: Tiene narices que en esta sociedad nuestra nos hayamos empeñado en dejar a un lado a los mayores, porque no nos da la gana interiorizar que la vejez y la muerte forman tan parte de la vida como cuando nacemos pero jo, es que la vejez, la enfermedad y la muerte son taaaaaaan tristes.

 ¿Y aprender de ellos?,¿cuándo aprendemos de nuestros mayores? Antes aprendíamos de ellos…creo.

Ufff… yo no digo que antes se viviera mejor o que los roles estuvieran menos marcados pero creo que pasábamos de etapa vital más preparados para asumir la siguiente.

Insisto, no se me enfaden, pero que creo que tiene narices.

En fin, acabamos este post con un corto muy simpático pero tiene su aquel sobre aquello que decíamos que madre, no hay más que una.





miércoles, 27 de febrero de 2013

¿Dónde están las hadas?


Cuando Ada Colau llamó criminal en su cara al representante de la banca en el congreso de los diputados temblé con ella. Temblé porque comparto completamente su discurso y porque a los extremos a los que se está llegando con el tema de los desahucios no sé si responde a estar en manos de mala gente o de gente demente. Yo como toda mi generación me he ido haciendo mayor y como mucha otra  gente que se ha ido haciendo mayor también me compré una casa hace unos años. Hoy como todos, estoy hipotecada hasta las orejas. Voy a estar pagando hipoteca hasta el día que me jubile a los 67 o a los 70 o cuando a los señores que meten mano en las leyes establezcan que es la edad apropiada para que me jubile. (Es mejor que yo trabaje hasta el día que no pueda con mis huesos en lugar de emplear a las generaciones que nos siguen y que encabezan el ranking de paro, pero esto es otro tema pa´otro día).

Hace muy poco mi escoba y yo nos sentíamos afortunadas porque la crisis aun no nos estaba afectando  ni a nosotras ni  a nuestro entorno más cercano,  pero en pocos meses la situación ha cambiado y ahora casi todo nuestro entorno ya está tocado. O se están quedando sin trabajo o les han bajado el sueldo o están cerrando sus empresas y la gran mayoría igual que yo, debe hacer frente a los pagos de sus hipotecas…glup.

Cuando en 2009 se creó la Plataforma de Afectados por la Hipoteca  de Barcelona no les conocía ni el tato. Eran cuatro “guays” que luchaban por que a las gentes no las echaran de sus casas… y pensábamos ¿pero quién te va a echar de tu casa? Por favor que no vamos a llegar a eso,  que España no va tan mal, que esto en un par de años repunta y salimos reforzados de la crisis. Jejejejejeje… que inocentes…

Desde entonces han pasado  ya  cuatro años,  más de 400.000 desahucios y más de 10 suicidios de personas que se han quedado en la santa calle. Casi nada.

Los cuatro “guays” que luchaban porque a las gentes no les echaran de sus casas han parado ya 576 desahucios y han recogido más de un millón y medio de firmas para  llevar a trámite la Iniciativa Legislativa Popular, (una serie de medidas urgentes y de mínimos que intentan paliar el despropósito de los desahucios).  Esta gente se está rompiendo los cuernos para parar esta locura y nos está dando tal lección de profesionalidad, responsabilidad y ciudadanía responsable que yo particularmente me quito el sombrero.

Pero aun hacen falta muchas  hadas-adas que se impliquen y luchen. Muchas hadas-adas que se informen e informen, que salgan a la calle y que se impliquen. Muchas hadas-adas que no tengan miedo a llamar a las cosas por su nombre y que desde la gratuidad, la seriedad y la rigurosidad, con la mochila cargada de argumentos firmes y coherentes sean capaces de ir allanando un camino hasta ahora tortuoso y loco.

¿Cómo se puede permitir, como podemos permitir que las personas lleguen a tal punto de indefensión y desesperación que la única solución que vean sea su propia muerte? No me jodas. Yo me planto y me declaro en huelga de sumisión. Me planto y me declaro en huelga de ceguera. Me declaro en huelga de absurdez colectiva y me apunto a las filas de las hadas que día a día pelean por conseguir que todo el mundo tenga un techo donde dormir caliente y seguro. Seguro que algo podré aportar. Todo el mundo puede. Tú también.


STOP DESAHUCIOS YA

No me quiero despedir sin vocear esto:

Artículo 25.1 Declaración Universal de los Derechos Humanos: Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.

Leo esto y no se si reír, llorar, dar un puñetazo en la pared o encadenarme en la puerta del congreso… pues eso.

Os paso la página de la Plataforma y os animo a que no os quedéis parados. O hacemos fuerza entre todos o esta masacre no se para.

El video que os paso es el de la convocatoria que se hizo para la manifestación del 16 de febrero pero tiene fuerza y el mensaje es “atemporal” y válido para la siguiente convocatoria (que la habrá).







domingo, 27 de enero de 2013

Basta de miedo- 016 - Denuncia


Quítate de ahí gorda que eres una gorda. Gorda y fea. No sé que vi en ti para casarme contigo puta. Quítate de ahí o te reviento la cara.

Y Sonia se levanta de la silla de la cocina pero antes de hacerlo clava sus ojos azules en el cuchillo que hay  en la mesa a la vez que nota como el corazón se le acelera y se dice a si misma:



-Un poco de valor y habremos terminado. Decídete y dejará de hacerte la vida imposible a ti y a los niños.

Pero Sonia ni tiene valor para hacerlo ni es tonta. Sabe que la vía para acabar con esa situación no es tomarse la justicia por su mano sino denunciar. Denunciar a su maltratador del que desafortunadisimamente sigue dependiendo (¿enamorada?).

La última vez que le pegó le  partió el labio y una ceja.  A quienes él quería pegar era a los niños pero se puso delante y  los golpes se los llevo ella. Casi a escondidas se fue a urgencias y allí le curaron pero además le aconsejaron que denunciara porque estaba claro que no había sido una caída. La enfermera le dijo lo mismo que las veces anteriores:

-No es la primera vez que vienes, no puedes seguir así, por favor denúnciale o un día te van a traer con los pies por delante.

Pero Sonia disculpa siempre a su agresor: “es que se ciega y  no sabe lo que hace pero luego se arrepiente””es que el niño pequeño es muy movido y pone a su padre muy nervioso” ”es que la comida estaba muy sosa” ”es que la camisa estaba mal planchada”…

Y con las heridas curadas (las de la cara no las del alma) vuelve a casa sin dejar de darle vueltas a la denuncia que ella sabe que tarde o temprano va a tener que poner. Sólo es cuestión de tiempo.
 Cuando hablas con ella dice que los niños son pequeños y  que ella no trabaja.   Dice que sabe que las hostias le van a seguir cayendo pero que si aguanta, el dinero para mantener a sus hijos, también.  Por eso aguanta. Por eso y porque dice que en el fondo le sigue queriendo.  (A mi escoba se le llevan los demonios cada vez que le escucha defenderle y a mi, pues también)

Sonia siempre busca escusas para evitar que llegue el momento de dejarle:

Si le denuncio vendrá a por mí. Si le dejo de qué comemos.  Si encuentro trabajo quién me cuida a los críos. Si voy a buscar trabajo dónde busco. Si no tengo formación, dónde voy. Si…si…si…

En todos estos años de matrimonio  Sonia  no ha cultivado amistades y a raíz de casarse perdió a sus amigas. Sus padres son muy mayores y están al margen de todo lo que pasa. Sus hermanos nunca se han preocupado mucho por ella. Su formación es un auxiliar de administrativo de hace mil años por lo que sabe que encontrar trabajo después de un montón de años sin actividad laborar va a ser difícil.  Así que cada vez que  piensa en acabar con esto le resulta muy difícil dar el paso porque ni tiene recursos ni  un entorno que le favorezca. Sonia se siente triste, desamparada y sola. Ah!! Además de gorda, fea, vieja, inútil y todas las linduras que su maltratador ha conseguido que lleve tatuadas en el alma.

Pero a veces las cosas vienen solas…

La semana pasada le golpeó en plena calle. Lo vimos un montón de gente y llamamos a la policía. Ninguno de los testigos nos movimos del sitio. Nos quedamos allí reteniéndole a él, acompañándole a ella y esperando a la policía para contar  lo que habíamos visto y todo lo que Sonia estaba pasando aun sin que hubiera denuncia. Mi escoba habló mucho con Sonia para convencerle de que ahora si había llegado ya el momento de acabar con aquello. Llegaron dos policías. Después de un buen rato,  se los llevaron a él a comisaría y a ella  a un piso de emergencia social.

Los niños estaban en el colegio y no vieron nada. Cuando salieron del cole su madre los llevo a su nueva casa.  Una casa para mujeres maltratadas donde ella y los peques podrían comenzar una nueva vida. El camino que ahora les queda por recorrer no es ni  fácil ni corto pero por lo menos es un camino sin golpes y sin miedo. Queda mucho tiempo para el que estomago deje de encogerse cuando escuchen la llave en la cerradura pero ahora ya cada uno debe hacer un trabajo personal de superación y autoestima. Ahora deben dejarse querer y sobre todo, echarle mucho valor, dejarse ayudar y encarar la vida desde lo positivo. Repito , no es fácil.

El siguiente párrafo está sacado de las declaraciones que se hicieron en la rueda de prensa celebrada por el Observatorio de violencia domestica en noviembre de 2012:

“En cinco años casi 85.000 mujeres maltratadas han renunciado a seguir el proceso judicial. Denunciaron a su agresor, pero luego se echaron atrás. Y en los tres últimos años esta cifra de arrepentimiento se ha disparado hasta alcanzar el 29 por ciento. Tres de cada diez víctimas han dicho no a continuar y airear el infierno de su casa en un juzgado”. Desde el observatorio se sostiene que la crisis ha repercutido en esta retirada de denuncias por el miedo de las víctimas a su futuro tras el proceso judicial.

Jo, que estamos involucionando…y no nos lo podemos permitir. Mi escoba y yo alguna otra vez ya hemos tratado el tema de las denuncias pero es que creemos que es fundamental que ellas denuncien y que nosotros no nos hagamos los ciegos…

Si sabes de alguna situación de violencia de género, por favor, llama al 016.  Denuncia.

Si lo estás sufriendo en tus carnes, por favor  llama al 016. Denuncia.




http://barriendoporlosrincones.blogspot.com.es/2011/10/te-he-dicho-que-te-necesito-pues-ha.html







sábado, 12 de enero de 2013

A ella también le gusta el solecito


Como a todos  independientemente de que sufra parálisis cerebral y lleve 17 años abriéndose camino en el mundo, cuando a las mediodías sale el sol de enero, Elvira te mira de una forma tan especial que sabes que se muere por ir a la calle.
Es entonces cuando mi escoba y yo cogemos nuestros trastos y nos vamos con ella, buscamos un banco al sol y nos aposentamos un buen rato hasta  que “alguien”  se acerca y me dice delante de Elvira:


-Pobrecita ¿es tu hija?

Y yo le contesto -  no, es mi amiga-

-Ya,  que pena.

- Que pena qué.

- Que pena vivir así.

- Así como ¿sentada? Pues más descansada estará digo yo ¿verdad Elvira?


Y ante la mirada extrañada y sorprendida de quien se ha acercado, Elvira utiliza su plafón para decirnos que está muy a gusto sentada pero que tumbada todavía estaría más descansadita…(es una cachonda) y nos echamos unas risas junto al “alguien” que se nos ha acercado.

-          -  ¿Nos escucha? Pregunta “el alguien” sorprendido.

Y entonces yo me pongo muy seria y contesto:


-          - Elvira tiene parálisis cerebral, sufre un trastorno permanente y no progresivo que afecta a  su psicomotricidad, o sea a su aparato motor pero  su cerebro está perfecto. Nos oye, nos entiende y se acuerda de todos nosotros cuando hablamos de ella y de su parálisis con ella delante sin tener en cuenta precisamente eso,  que está delante…

-          - Vaya, lo siento. No quería ofender.

Y entonces “el alguien” se acerca mucho a Elvira, le sonríe  y comienza a preguntarle en voz muy alta y de forma muy lenta:

-          - Elvira  ¿Qué tal estas? ¿te duele mucho?

Y  es entonces cuando mi escoba no puede más y empieza a barrer las losetas del parque (porque o barre o se lía a escobazos con el “alguien” pelma que nos ha tocado)

-         -  Elvira oye perfectamente, no hace falta que le grites- le digo.

-          - Claro, claro. Perdonad.

Jeeesus pero por qué cada vez que salimos a la calle no podemos tener el rato tranquilito…


Yo agradezco que la gente se acerque a hablar con Elvira y a saludarle. De hecho Elvira es supersociable y extrovertida así que  le encanta hacer amigos nuevos pero claro, siempre que dejen atrás las penas y los lamentos.




Dicen los estudios -Encuesta sobre Deficiencias, Discapacidades y Estados de Salud de 1999- que la incidencia anual de parálisis cerebral es de 2 a 2,5 por cada 1.000 nacimientos. Dicen que en España hay más de 3,5 millones de personas con discapacidad, lo que representa el 9% del total de habitantes y que el número de personas con parálisis cerebral se acerca a 78.000. Ahí es nada.


Bueno pues mi amiga Elvira es una de esos 78.000 y Lleva 17 años luchando contra los elementos, contra sus limitaciones, la autocompasión y la mirada compasiva, contra la adversidad, contra las trabas que nuestra sociedad  para “normales” le impone y aun así, si le cuentas un buen chiste, la tía se troncha. Le gusta el solecito, el cafecito,  las tapitas del bar y una buena película con sus palomitas…como a ti, y como a mí.

Siempre que salgo con ella vuelvo con una lección de vida aprendida. Elvira es la imagen de la superación y el coraje. Por eso me da tanta rabia que mucha gente se le acerque por pena y no porque crea que pueda ser una persona interesante para conocer y disfrutar.

Vivimos en  una sociedad que tanto la muerte como la enfermedad “cuanto más lejos mejor”. No nos han enseñado a mirarlas de una forma natural aunque de sobra sepamos que tanto la una como la otra en algún momento debemos mirarlas de frente e incluso pasar por ellas.


La verdad es que Elvira tiene una incapacidad únicamente motora  pero en muchos otros paralíticos cerebrales además del trastorno motor  también se da  Retraso mental - en dos terceras partes de los afectados- así como problemas de aprendizaje, alteraciones visuales, déficit auditivos, trastornos de la comunicación, trastornos emocionales o conductuales, alteraciones en la deglución… En fin que  la cosa se les complica y son necesarios muchas manos y muchos recursos para darles la calidad de vida que se merecen tanto como tú y como yo.


Desde nuestro blog mi escoba y yo os animamos a que visitéis algunas páginas que os darán información acerca de esta discapacidad motórica y también os animamos a que os acerquéis a alguna de sus asociaciones…si os acercáis, fijo que repetís  ¡estos chicos enganchan, os lo aseguro!

Y ahora os dejo porque mi escoba, Elvira y yo nos vamos a las rebajas. Elvira es, sin duda, la más presumida de las tres y nos puede tener tooooda la tarde recorriendo tiendas.

En fin, hasta otra. 










sábado, 22 de diciembre de 2012

¿De Papa Noel o de Reyes? Afortunado tú si puedes elegir


Recuerdo que en las navidades de mi niñez yo no entendía por qué se mezclaban los anuncios de los Reyes Magos diciendo que si habías sido bueno te traerían del Corte Ingles todo lo que quisieras mientras que en otros te pedían dinero para que los Reyes no dejaran sin regalo a los niños “del África”.
Yo me pasaba todas las navidades intentando descubrir si es que el dinero de los juguetes de los niños del mundo se financiaba con dinero común y no había para todos (como pasa con todo lo común)…O es que el mundo era tan grande que hasta sus Majestades de Oriente aún siendo mágicos no sabían dónde quedaba África. ¿Cómo no iban a saberlo?
Luego tampoco entendía por qué se olvidaban de entrar siempre en las casas de los mismos: en las de los pobres y en las de los países menos desarrollados. ¿…………?
Y tampoco me entraba en la cabeza como en una noche les daba tiempo a ir a todas y cada una de las casas y a la vez dejar regalos, comer rosquillas y beber anís. (Por eso no llegaban a África, era evidente)
De lo único que estaba segura era de que entraban por Francia y luego se dividían en tres grupos para repartir los juguetes geográficamente de arriba abajo del siguiente modo: Gaspar la España de la derecha, Melchor la España del centro y Baltasar la España de la izquierda. Luego se encontraban en Algeciras y pasaban a Ceuta en ferry pero para entonces ya iban tan pimplaos con el anís que les daba igual ir pá África que volver pá Cuenca.
Esta idea del anís era la que más me convencía porque cuadraba perfectamente: las casas en las que había muchos regalos era porque se habían confundido y habían dejado los juguetes que no habían dejado en otras (que eran, insisto, las de los pobres)
También me parecía un trabajo enorme aquello de tener que leer todas las cartas y luego clasificar todos los juguetes de todos los niños del mundo según continentes, países, ciudades, pueblos, calles, casas, portales,  pisos y destinatarios…por eso siempre les perdonaba el que nunca me trajeran nada de lo que pedía. 

En fin, luego crecí, lo entendí y válgame Dios que me sentí más aliviada cuando todo tuvo coherencia. Pero entonces dejé de estar confundida para estar triste. Era menos doloroso que la culpa del caos juguetero la tuviera el anís y no que la tuviéramos nosotros mismos y nuestro eterno ansia del tener y el poseer y el ser más que el vecino…
Ahora que ya soy mayor y entiendo (aunque no comparto) por qué era necesario para el consumo que Papa Noel también se cruzara en nuestras vidas y conviviera con sus Majestades los Reyes,  me gustaría escribir en mi carta un solo deseo: Ojala este año todos los niños pudieran jugar con algo…y si fuera con juguetes mejor.
De antemano sé que mi petición no se va a cumplir. De antemano sé que muchos muchos niños no van a tener juguetes ni en Papa Noel ni en Reyes ni en nada. A no ser que los que podamos hagamos un acto (no de solidaridad sino de responsabilidad) y de los juguetes que compremos, uno vaya a parar a la casa de alguien que lo necesite más. Es tan fácil como no atiborrar a nuestros niños con cientos de juguetes (que acaban por no valorar) o no comprar el juguete más caro y más sofisticado que encontremos en el mercado (que igualmente acaban por no valorar). Esto de la compra responsable de juguetes daría para otro post (pero esto ya para otro día, que hoy el tema es otro).

Dicen los señores de la Confederación de Consumidores y Usuarios en su encuesta anual  que
“La compra de juguetes y la celebración de comidas familiares son los dos aspectos del consumo navideño que mejor parecen resistir la disminución de los presupuestos de los hogares para esta Navidad en la que, tres de cada cuatro españoles, gastará menos por la crisis”.
Y digo yo que si nos vamos a seguir gastando casi el mismo dinero en juguetes ¿por qué no hacemos un acto solidario y en este año tan duro compartimos con los demás algo de lo nuestro?
Para ponérselo a todo el mundo más fácil, mi escoba y yo hemos buscado lugares donde poder donar juguetes y hemos encontrado una página muy interesante que ofrece mucha información. Yo desde mi humilde blog te animo a que si puedes, tengas un pensamiento solidario y después hagas un acto responsable.
En fin, ha llegado la hora de despedirme no sin antes aprovechar la ocasión para desearos una feliz sociedad, que también acaba en  “dad”· como Navidad, pero no es lo mismo.
Ah!! os dejo también un vídeo muy chulo con un mensaje muy noble pero que de nuevo, promete lo que no puede cumplir...



domingo, 2 de diciembre de 2012

Las anchas espaldas de la crisis


                    
 “ ¡Gran oferta de liquidación los día dos y tres de diciembre porque ya no puedo más, la crisis me ha dejado sin nada!

Me  he arruinado

Prefiero vender almohadas  desde 3€  y bajar los sofás de  700€ a 400€ antes que seguir aquí perdiendo dinero.
Entre la crisis y estos políticos que son unos corruptos…he acabado en la ruina.
Si lo vendo todo,pagaré a mis trabajadores y cerraré mi negocio. Después, no sé qué será de mí.
Espero verte por aquí para que te lleves “casi regalado” lo que me queda de stock. Te espero.  
Firmado:
El jefe


La semana pasada me encontré en el  buzón un folleto que contenía la información que acabáis de leer y unas fotos muy parecidas.  Yo miraba el folleto una y otra vez y me invadía unas veces sensación de angustia, otras de rabia, otras de pena. No podía dejar de leerlo porque a veces me parecía que podía ser verdad y otras me parecía una tomadura de pelo. 
Así que para quedarme tranquila, me fui a la dirección que indicaba el folleto a ver, simplemente a ver...
Allí me planté y no encontré una tienda, encontré  una lonja- almacén llena de sofás y colchones y camas  y una oficina al fondo de la que salió un hombre a recibirme.

Debo reconocer que la imagen del hombre también me descuadró porque para nada parecía arruinado. Su ropa era de marca y lucia joyas en el cuello en la muñeca y en los dedos.

(De momento ni el folleto me había convencido, ni la tienda-almacén-lonja, ni el  hombre… )

Se acercó me estrechó fuerte la mano y me pregunto:
-          -¿Qué deseaba joven?

Yo saqué mi folleto del bolsillo, se lo enseñé y le pregunté:  
-         - ¿Esta publicidad es vuestra?

El se infló como un pavo, sonrió y me dijo muy solemne:
-          Efectivamente, esta publicidad es de esta tienda ¿estás  interesada en algo en especial?
           Si, contesté yo, en saber si es cierta.

-          El cambió el gesto… Si es cierta qué.  Me preguntó.
-     Si es cierto que estáis en la ruina y que vais a cerrar por la crisis y por la corrupción política. Le contesté.

-          El se quitó las gafas y me dijo: pues no es cierta pero ¿para eso vienes, para hablar del folleto?¿ pero tú quien eres?

-         Y yo cada vez más seria le dije: nadie, yo no soy nadie, sólo una ciudadana harta de que todo el mundo se aproveche de las circunstancias para arrimar el ascua a su sardina. Ya lo siento pero tu folleto me parece además de ofensivo hacia quien de verdad  si se está arruinando, de muy mal gusto. Creo que no todo vale y creo que estás utilizando el chantaje emocional para vender más.

-         El me miraba “enfadado no, lo de después” y no me decía nada. Al final dijo: mira guapa, en este país cada uno se busca la vida como puede y yo no voy a ser menos, pero como tú no eres nadie para que yo te dé explicaciones, si vienes a comprar pues compras y si no pues te largas que nadie tiene que venir a darme lecciones de moralidad a mi propia casa. Después se dio la media vuelta y allí me quedé con mi folleto en la mano, rodeada de sofás espantosos y con una mala leche y una sensación de imbécil que no me cabía en el cuerpo.

-      Joder que mal rollo. Salí de la tienda y me dije a mi misma: no eres Juana de arco así que esta es la última vez que te pones en ridículo de esta manera. Pero luego cambié de opinión y pensé que sí había sacado  cosas en claro de mi experiencia. Primero, que cada día me la pegan menos (o sea, que soy capaz de ser crítica) Segundo, que no me quedo indiferente ante las cosas que no me parecen justas o éticas (esto me gusta mucho de mi misma, ole yo)  y tercero que no me gustan nada los sofás esos que tienen uno de los asientos más  largos para que te tumbes ¡Dios que feos!

-         Resumiendo que me enrollo: creo que no se pueden utilizar las anchas espaldas de la crisis para cargarle todo lo que nos convenga. Es cierto que hay crisis pero la pobrecita no es la causante de absolutamente todo lo que pasa, no hombre no. La crisis tiene empaque suficiente para que ni la banalicemos ni nos aprovechemos de ella…que jodios somos (pone jodios, no judíos, no confundir) redios.
b    
      En fin, permitidme acabar este post con una pincelada de humor que pa´ tristezas ya tenemos el día a día...








miércoles, 14 de noviembre de 2012

Inmunizada


O era la radio o era el periódico o la tele con sus dos canales. Fin. Hace no muchos años no había tantas maneras de estar informados como hay hoy.

Hoy  me meto en Internet y encuentro todo lo que busco, las noticias me llegan al móvil, cojo mi mando y me paso horas haciendo zapping por los cientos de canales que tengo a mi disposición. Bueno a veces encuentro lo que busco y muchas otras veces llegan hasta mí cosas que ni busco ni me interesan, ni me convienen…

Hasta ahí bien. Pero me gustaría ir un poco más allá:

Ahora tenemos cientos de vías informativas que no olvidemos que son empresas y que necesitan mucho mucho “consumidor” de su “producto” para poder ganar dinerito.  Para que un medio sobreviva necesita muchos muchos lectores, oyentes, videntes, internautas…en definitiva, que llega la guerra de las audiencias ( o eso creo yo) y en esa guerra de audiencias también incluyo el cómo se nos muestran las noticias cotidianas.

Hoy estamos demasiado acostumbrados ver tantas escenas reales llenas de violencia y crudeza que llega un momento en que me muestren la escena que me muestren, acabo por no inmutarme…tal vez si es de algo que ha pasado “cerca” parece que el estomago hace el amago de encogerse pero de verdad que me cuesta cada vez más, que las escenas que veo me sobrecojan.

Si hago un poco recuento de las imágenes tomadas de la realidad puedo recordar a jóvenes incendiando a indigentes en un cajero,  zapatos desperdigados de las victimas de cientos de accidentes de coche,  escenas de guerra, bebes tirados en las carreteras a los que nadie socorre, numerosas imágenes de maltrato animal, un buen numero de escenas de violencia de genero,  vandalismo a discreción en eventos deportivos, atracos, persecuciones, testimonios de personas que lo han perdido todo, catástrofes naturales y un etcétera lamentablemente extenso de malas noticias.
A partir de aquí, a mí me gustaría reflexionar acerca de esto porque hay algo que no me encaja: entiendo que las tecnologías están para que la información sea cada vez más rápida, más exacta y más veraz pero cuando una imagen cruenta la veo cien veces, creo que bajo esta mascara de veracidad se esconde cierto morbo y cierta intención de subida de audiencia y sigo manteniendo que si una noticia me impacta la primera vez que la oigo o que la veo, cuando me la ofrecen veinte veces en todos los canales, la verdad, me suena a ruido de fondo. Y eso no es bueno. No es bueno porque me hago inmune al dolor de los demás y a lo que pasa a mi alrededor. Y luego está el hecho de que la misma imagen según en que medio la vea o la escuche tiene diferentes lecturas y como no he estado allí para contrastarlo  pues no se cual es la versión más objetiva.

Uff, que complicadito es todo…

A lo que vamos: que a mi me cuesta mucho mantenerme informada de otras cosas que no sean  mismas noticias que me ofrecen diariamente los medios y que tienen muy clara su intención de  “modelar” mi pensamiento.

Pero yo lo sigo intentando…y ese intento requiere que diariamente lea los diarios, oiga las noticias, vea los telediarios y me de un paseo por algún que otro medio alternativo, amen de tener que hacer después, crítica de todo y elaborar mis propias composiciones para entender este mundo. Pero esto cansa mucho y me lleva un tiempo que no tengo (porque evidentemente  existen  muchas otras obligaciones cotidianas) así que de momento voy a:

Primero
Ser fiel a dos o tres medios -  los más neutrales y objetivos que encuentre-  para que las mismas noticias no me saturen  y maten mi sensibilidad.

 Segundo
Ser crítica (que no criticona)  y no creerme todo lo que me cuenten…

Y tercero
No olvidar que este mundo de las tecnologías de la información es alucinante y está a mi disposición siempre y cuando yo las utilice a ellas, no ellas a mí.